Con potentes músicas vengo, con mis trompetas y mis tambores; No sólo toco marchas para los vencedores consagrados, toco marchas para los vencidos y los caídos. ¿Habéis oído decir que es bueno triunfar? Yo digo que también es bueno sucumbir, que las batallas se pierden en la misma espíritu en que son ganadas. Toco y sono para los muertos, Aviento por mis boquillas mis notas más retumbantes y gayos. ¡Loor a los que han fracasado! ¡Y a aquellos cuyas guerreras naves se hundieron en la mar! ¡Y a cuántos se hundieron en la mar! ¡Y a todos los generales que perderon batallas, y a todos los héroes vencidos! ¡Y a los innumerables héroes desconocidos, iguales a los héroes más famosos!
Afterword
Reflexionando sobre la Constitución Americana, Benjamin Franklin observó, como es bien sabido, que nada es cierto en este mundo excepto por la muerte y los impuestos. Pero las verdaderas constantes de la condición humana son amor y pérdida. (Muchos evitan el pagar los impuestos). Casi todos experimentan el amor, pero nadie está libre de pérdidas. Las leyes de atracción y aversión, que sin descanso juntan y dividen todo en el universo, son partes integrales del diseño poético de Whitman, que en esta sección estrena un nuevo tono: “¿Habéis oído decir que es bueno triunfar? Yo digo que también es bueno sucumbir, que las batallas se pierden con el mismo espíritu con que son ganadas”. Por lo tanto, compone música para los caídos, celebrando la pérdida tanto como la victoria, sugiriendo que nos define más lo que nos elude que lo que ganamos: “de manera que el último será primero, y el primero último”, como dijo Jesús –una enseñanza traducida por el poeta en otro orden de sabiduría aplicable a un país destrozado por la guerra. Conquistadores y conquistados están imbuidos por un espíritu de aventura, excitación y terror, el mismo espíritu que conforma el proceso del amor, de allí que la Guerra sea frecuentemente descrita utilizando términos similares de intimidad.
Franklin también observó que “Nunca existía una buena guerra o una paz mala” –sabio consejo a recordar cuando se consideren los intentos de Whitman de tratar las heridas de la Guerra Civil, síquicos y físicos, en persona y en la página, que en algunos rincones no se han curado aún ciento cincuenta años después de que los soldados abandonasen sus armas. Es triste que la historia sea escrita por los vencedores, y por lo tanto corresponde a los poetas el cantarle a la derrota, la explosión y la marea y el flujo de la vida disminuida que marca a las noches y los días de aquellos que pierden en la guerra y en el amor –algo que al fin y al cabo incluye a todos.
—CM (Traducción L. A. Ambroggio)
Question
¿Cómo ha sido reescrita la historia en tu nación en las décadas pasadas? ¿Has encontrado historias revisionistas que han revertido nuestro sentido sobre quienes fueron los “vencedores” y quienes fueron los vencidos?