Creo que una brizna de hierba no es menos que una obra de las estrellas, Que la hormiga es tan perfecta como ellas, y un grano de arena, y el huevo del reyezuelo; Y el renacuajo es una obra maestra comparable a las más grandes, Y la zarza trepadora podría ornar los salónes de los cielos, Y la coyuntura más ínfima de mi mano desafía toda la mecánica, Y la vaca rumiando con la cabeza gacha sobrepuja cualquiera estatua, Y un ratón es un milagro capaz de conmover sextillones de incrédulos. Descubro que he incorporado granito, carbón, musgos, frutos, semillas, esculentos raíces, Y que soy mosaicado de cuadrúpedos y de pájaros por todo, Y que he dejado allá lejos lo que está detrás de mí por razones buenos, Pero mando que cualquiera cosa vuelve otra vez en cuanto quiera. Es inútil la rapidez o la timidez; Inútil que las plutónicas rocas me lancen su antiguo fuego contra mi llegada; Inútil que el mastodonte se esconda bajo el polvo de sus propios huesos; Inútil que los objetos se alejen al horizonte, tomando multitudes de formas; Inútil, el océano hundiendose y los grandes monstruos yazgando en el fondo; Inútil que el buitre se albergue junto al cielo; Inútil que se arrastre la serpiente entre las lianas y los troncos; Inútil que el alce huya por los escondidos senderos del bosque; Inútil que las alcas de afilado pico naveguen muy lejos al norte a Labrador; Yo los sigo rápidamente; subo hacia el nido en lo abrupto del acantilado.
Afterword
Epílogo
Si Wordsworth representa el crecimiento de la mente del poeta en El Preludio estableciendo un modelo para las obras de la inteligencia creativa, que ha influido la práctica artística hasta el presente, Whitman en esta sección aborda su modelo cósmico, el viaje “obra de las estrellas” que es su visión más grandilocuente de la creación. “La evolución no es sólo la regla en la Naturaleza en Política, en las Invenciones sino también en el verso”, escribió Whitman –una declaración atrevida que surge de su poética radical. Por cierto él insistió que “Hojas de hierba es evolución –una evolución en su sentido más variado, más libre y más amplio”. El verso libre era para él no solo un modo de pensar pero también un acicate para innovar- en el idioma, en el cuerpo político y en el cuerpo mismo, “compendio de compendios” que incorpora todo desde la baja hormiga hasta las rocas plutónicas y las alcas de afilado pico navegando al norte. Y el poeta siempre siguiendo.
Una mañana de primavera caminando por una playa del Pacífico bajo un acantilado que se está erosionado y arroja capas pesadas de piedra arenisca, mi amigo recordó el haber visto la caída de una nidada de bebés de culebras desde una grieta a unos cien pies de altura arriba nuestro. Porqué estaba su nido ubicado en tal lugar tan expuesto resultaba un misterio para mi amiga que no hacía mucho había adquirido un departamento en la cima de un acantilado más lejos en la playa. A lo mejor les gustaba la vista, dije en broma. Mala suerte, me respondió y prosiguió especulando sobre qué papel jugaría la suerte en la evolución. Qué suerte tan buena, pensé que en su imaginación Whitman continuaba subiendo “hacia el nido en lo abrupto del acantilado”, exponiéndose a los elementos y riesgos de la evolución, física y espiritual, poética y política. Él creía que la democracia americana continuaría evolucionando, al lado de los versos del "Canto de mí mismo” que él sabía que contenían las semillas de poemas futuros, en cada idioma, como también frutas y granos, ¿gneis y escoletas? raíces, luz solar y la arena debajo de nuestros pies.
—CM (Traducción L. A. Ambroggio)
Question
Pregunta
Imaginando un cuerpo producido por las fuerzas de la evolución, Whitman (como dijo en el prefacio de la edición de 1855 de Hojas de hierba) ilustra un modo de cómo los científicos son los “legisladores de los poetas”. ¿Cómo es un cuerpo, que se imagina como una cosa resultado de la evolución diferente de un cuerpo que se imagina como una cosa creada divinamente? ¿Es posible imaginar que un cuerpo resultado de la evolución haya sido hecho a imagen de Dios?