El pasado y el presente se marchitan -- yo los he llenado, yo los he vaciado, Y prosigo a llenar la próxima arruga del futuro. ¡Eschuchador, allá por encima! ¿qué tienes que confiarme a mí? Mirame a la cara en tanto aspiro el acercamiento del anochecer, (Hablame sinceramente, nadie te oye, y me quedo sólo un minuto más.) ¿Me contradigo? Muy bien, pues me contradigo, (Soy grande, contengo multitudes.) Me dirijo a los que están cerca, espero en el umbral de la puerta. ¿Quién ha terminado su trabajo cotidiano? ¿Quién terminará el cenar lo más rápido? ¿Quién quiere pasear conmigo? ¿Hablaréis antes de que me vaya? ¿lo haréis ya demasiado tarde?
Afterword
Epílogo
El aire se ha enfriado y las hojas de los robles se están volviendo amarrillentas. Una vez un amigo me mostró un arce con venas rojas irrandiándose desde su tallo, como un rubor que se esparce en el rostro de uno, y dijo: “si no puedes crear poemas en otoño, no eres poeta”. Estación de contradicciones: el resplandor anaranjado de las calabazas en un área de ramos agotados; un campesino sembrando trigo de invierno; un canasto de bulbos de tulipanes listos para ser plantados. Muerte y renovación: éstas son las puertas dobles a través de las cuales pasamos una y otra vez, según Whitman, estando inscritos e inscribiendo.
El “Canto de mí mismo” comienza con una declaración de igualdad, en el nivel atómico, y el poeta se compromete a “hablar en cada riesgo”, preparándonos para un viaje impulsado por la energía original no controlada de la Naturaleza que nos va a conducir más allá de los enredos de los “Credos y escuelas”. Ahora, ya cerca del final de nuestro viaje, Whitman nos invita a caminar con él a todas las contradicciones de un mundo más amplio que lucha con su propia alma: la imaginación democrática.
¿Cómo compaginar las dos ideas –contradicción como “la palanca de la trascendencia” (Simone Well) y como la función de las multitudes contenidas dentro de cada individuo? Ambas son verdaderas, Whitman argumenta: el yo, como la democracia, es inherentemente contradictorio, dado que está hecho de sueños e ideas y pasiones de cada uno de los que han vivido; nuestros cuerpos y almas son un compuesto de hombres y mujeres, cazadores y segadores, esclavos y patrones, los brillantes y los crueles, los muertos y los vivos, todos ellos atropellándose para atraer nuestra atención. Sus voces –contradictorias, inspiradoras, sepultadas a veces tan profundamente en nuestra imaginación que permanecen ahogadas- pueden ser una fuente de significado trascendental, siempre y cuando nosotros obedezcamos a nuestros ángeles más buenos. Czeslaw Milosz advierte a los poetas a “esperar/que espíritus buenos, no malos, nos elijan como su instrumento”. ¡Qué dolor pueden causar esas voces que claman dentro de nosotros mismos! Mi corazón me dice que haga una cosa, mi mente otra, como continúa el canto.
Para contrarrestar la muerte, el poeta debe encontrar una forma suficientemente amplia para encarnar la contradicción esencial de la vida: la que desde el momento en que nacemos empezamos a morir. Este hecho aterrador es para Whitman una forma de conocimiento salvífico –una bendición conferida de nuevo por su descendiente espiritual, A. R. Ammons, cuyo poema más famoso, “Ensenada de Corson” , concluye con la realización cuádruple de que el “Alcance se me escapa de las manos/que no hay finalidad en la visión/que nada he percibido del todo/que mañana una nueva caminata, es una nueva caminata”.
¿Debemos irnos a caminar? Aquí están las luces de la ciudad en la que caminamos juntos por primera vez, aquí está el río en el que los botes se mueven en el agua oscura, y aquí estás tú con todas tus ropas elegantes.
—CM (Traducción L. A. Ambroggio)
Question
Pregunta
“¿Hablaréis antes de que me vaya? ¿lo haréis ya demasiado tarde?”, aquí las preguntas de Whitman tienen un sentido de urgencia, aunque nosotros sabemos que el poeta no va haberse “ido” cuando el poema se acabe, dado que lo podemos abrir nuevamente y leerlo tantas veces cuantas queramos. ¿Qué piensas, entonces, que Whitman tiene en mente cuando dice que podríamos llegar “demasiado tarde” con nuestras respuestas al poema?