Prefacio

This and other Whitman photographs from this period would seem to be classic examples of  photographer W. Kurtz's "Rembrandt" style of light and shadow, a style Kurtz pioneered in 1867. Whitman's "attitude and aspect" [is] here suggestive of "the shadow of the national catastrophe, which was to crush him as well as so many thousand others . . . already falling upon him and darkening his life."
This and other Whitman photographs from this period would seem to be classic examples of  photographer W. Kurtz's "Rembrandt" style of light and shadow, a style Kurtz pioneered in 1867. Whitman's "attitude and aspect" [is] here suggestive of "the shadow of the national catastrophe, which was to crush him as well as so many thousand others . . . already falling upon him and darkening his life."

Sección 16

La madre de Whitman comentó una vez que Walt parecía estar “saliendo y entrando”. Se refería a sus formas peripatéticas, pero su descripción encaja bien en la estructura del  “Canto de mí mismo”, donde el poeta se injerta en el revoltijo que lo rodea, probando cuán ampliamente puede expandir su impulso simpatizante antes de que el Yo se disipe, y luego se contraiga hacia un sentido firme de sí mismo, expresando confianza en que puede contener las multitudes que ha absorbido, que de hecho ellas fortalecen al Yo.  La Sección 16 es la contracción de la vasta expansión de la Sección 15, donde la muestra generalizada de América nos llevó arriba y abajo de los estratos sociales, desde una prostituta hasta el presidente, a través de la vasta geografía de la nación a la ciudad y a la campiña y a la selva, a través de la diversidad de ocupaciones, y las razas (con señales de la creciente mezcla racial de América –“la mulata” y el “Mestizo”). Su catálogo consigue crear un sentido importante de interpretación: el campo de los campesinos, la caza de los cazadores, y la gente come la cosecha y la presa, las costureras cosen y las tejedoras tejen, y vemos el traje de novia y las velas de las regatas que son el producto de su trabajo; el joven llega a ser viejo, el tonto sabio, las cantidades de uno alimentan las de otros, como el ritmo del conductor, como el minutero del reloj, en tanto la noche y el dormir nos rebasan. Y ahora en la Sección 16, el poeta hace una pausa, se retrae, absorbe todo lo que ha visto y oído y sentido, y lo usa para formular una definición del Yo. Lo que antes parecía al azar y disperso ahora resulta ser el mero tejido de la auto-identidad. “Soy del viejo y del joven, del necio tanto como del sabio”, dice el poeta, descubriendo todas las identidades posibles dentro de sí mismo. Cada uno de nosotros tiene dentro nuestro el potencial de ser cualquier otro, cada identidad que la nación puede generar puede ser nuestra, dando leves giros a donde hemos nacido, cuán ricos eran nuestros padres, con qué dialectos crecimos, qué visiones religiosas mantenían nuestros padres. Así Whitman se da cuenta que él es “sureño tanto como norteño”,  porque las divisiones en nuestra sociedad no son el resultado de almas diferentes pero de experiencias diferentes. Y si nosotros podemos expandir nuestras experiencias, absorber puntos de vistas ampliamente diferentes, podemos entonces sobrepasar los prejuicios y ver que todos somos de hecho en esencia un solo potencial humano puro con una infinidad de realizaciones esparcidas. “De todas las razas tengo el color y de todas las castas el prestigio; pertenezco a todos los rangos y a todas las religiones”.

Una imaginación democrática rompe todas las fronteras que nos dividen y nos permite ver cómo se interrelacionan nuestras identidades, nos permite a cada uno de nosotros ver nuestro Yo individual tan diverso como lo es la nación: cada uno de nosotros es “un ser de la Nación formado de muchas naciones, las pequeñas iguales a las grandes”. Así Whitman puede formular el más radical de sus reclamos: “Todo lo resisto mejor que mi propia diversidad”. Lo único contra lo cual luchará será contra algo o alguien a quien se le quiera enseñar la discriminación, que le urja a ser menos, a ser más estrecho, que lo que su imaginación democrática le permite ser. A él no se lo podrá encajar en el sentido vernáculo de “presumido” o “auto-importante” ; ni sobretodo tampoco de “aislado”, encajado en alguna esquina privilegiada de la existencia. De lo contrario él estará “en su sitio” que, al igual que el lugar de una polilla o el sol, es un sitio único –que ninguna otra cosa ocupa- y que es también, por la imaginación, todos los lugares.

—EF (Traducción L. A. Ambroggio)

Soy del viejo y del joven, del necio tanto como del sabio;
Indiferente a los demás, siempre atento a los demás;
Maternal tanto como paternal, tanto niño como hombre;
Rellenado con las cosas ordinarias y rellenado con las cosas exquisitas;
Una ser de la Nación formada de muchas naciones, las pequeñas iguales a las grandes;
Sureño tanto como norteño, soy el despreocupado y hospitalero dueño de una plantación allá bajo junto al Oconee;
Soy el yanqui libre en mi propio camino y dispuesto a traficar, con las coyunturas más flexibles en toda la tierra y las 
                más severas también;
El kentuckiano andando por el valle de Elkhorn, con polainas de cuero de venado; un luisiano o un georgiano soy;
El botero que navega por los lagos o bahías o a lo largo de las costas; un Hooiser, un Badger, un Buckeye;
Me siento a mis anchas llevando los raquetes de nieve de Canadá o cruzando el monte de la altiplanicie, o con los 
                pescadores de Terranova;
Me siento a mis anchas en la flotilla rompehielos, navegando con todos;
Me siento a mis anchas en las colinas de Vermont o en los bosques del Maine, o en los ranchos de Tejas;
Camarada de las gentes de California, camarada de las gentes libres del Noroeste (gustándome sus gigantescas 
                proporciones);
Camarada de los barqueros y de los mineros del carbón, camarada de todos los que estrechan la mano de bienvenidos a 
                compartir las bebidas y la carne;
Aprendiz con el más ingenuo; un maestro del más meditabundo;
Un novicio comenzando, pero uno que posee la experiencia de miríadas de estaciones;
De todas las razas tengo el color y de todas las castas el prestigio; pertenezco a todos los rangos y a todos las 
                religiones;
Campesino, mecánico, artista, caballero, marino, cuáquero,
Prisionero, petimetre, tunante, abogado, médico, sacerdote soy.

Todo lo resisto mejor que mi propia diversidad;
Aspiro el aire, pero aún dejo bastante para los demás;
No soy presumido; estoy en mi sitio.

(La polilla y los huevos del boquerón están en su sitio;
Los brillantes soles que yo veo y los oscuros soles que no puedo ver están en su sitio;

Lo palpable está en su sitio y lo impalpable está en su sitio.)

Afterword

Y todo tiene su sitio –lo palpable y lo impalpable. En verdad estos son los vasos comunicantes a través de los cuales la observación y la invención alcanzan sus niveles. Por cuanto lo que es imperceptible a la mente o a los sentidos conforma el trabajo imaginativo tanto como lo que experimentamos a primera mano. Por cada sol brillante que ilumina el cielo hay innumerables soles oscuros, en galaxias cercanas y alejadas, alrededor de las cuales damos vuelta sin darnos cuenta, rozándonos contra alguien o algo que tiene la llave de la habitación donde reside el milagro, girando en otra dirección por razones que nos desconciertan. El hecho de que no siempre sepamos porqué hacemos lo que hacemos nos recuerda el que estamos sujetos a las misteriosas corrientes que fluyen a través del universo, el océano trazado en el “Canto de mí mismo” y aquí aprendemos que la nave en la que nos hemos embarcado al comienzo del tiempo se llama Diversidad.  Cada generación de los lectores de Whitman experimenta fenómenos diferentes, mapas del cosmos dentro y fuera del alma, viajes de lo visible a lo invisible y de regreso nuevamente con un ritmo único en relación a su edad y temperamento. El poeta pertenece a “todos los rangos y a todas las religiones”, al grupo de los tontos tanto como de los sabios;  al Norte y al Sur, a los residentes de la ciudad como a los tramperos de la selva, al joven y al viejo; su inclusión de cada uno en el esquema de las cosas nos puede motivar a profundizar nuestros propios poderes de empatía, a ponernos en los zapatos de nuestros enemigos, por cuanto estamos en esto todos juntos. El conocer su propio sitio es una frase sin una connotación peyorativa para nuestro poeta. Es como él nos saluda en la próxima etapa de nuestro viaje –la tarea de toda una vida.

—CM (Traducción L. A. Ambroggio)

Question

En tu cultura, ¿quién se acerca más a lograr el sentido amplio de identidad de Whitman, un sentido que al mismo tiempo incorpora y trasciende las divisiones de los sectores, las diferencias de género y las distinciones de clases? ¿Existen figuras históricas o contemporáneas que hayan logrado tal identidad no-discriminante?