Las grandes puertas del granero esperan abiertas, La seca hierba de la cosecha llena a los carros perezosos, La clara luz juega sobre los colores intercalados, grismoreno y verde, Las brazadas apilan a los pajares hasta que se hunden. Yo estoy allí, yo ayudo, yazgo tumbado encima de la carga, Con las piernas cruzadas voy sintiendo el traqueteo de las ruedas, Doy un brinco, recojo el trébol, Me hecho en una pelota y ruedo con el cabello enmarañado de briznas.
Afterword
Las revisiones que Whitman hizo al “Canto de mí mismo” entre la primera edición de 1855 y la edición en el lecho de la muerte de 1892, continúan alterando a algunos lectores. Por ejemplo, Galway Kinnell sostiene que las facultades creativas y críticas del poeta se debilitaron a medida que envejecía y que “cuanto más buscaba la perfección, más se le alejaba”. Pero ¿quién puede culpar a Whitman por tal búsqueda? Como un científico que logra un descubrimiento, que cambia nuestro entendimiento del universo, y luego se pasa el resto de su vida tratando de refinar las implicaciones de su descubrimiento, el poeta jugaba con su obra.”Yo vengo una y otra vez”, el final original de la sección 8, así se transformó en “vengo, y luego me voy”, y los lectores se quedan con la duda sobre la sabiduría de tal cambio, que nos recuerda la decisión controversial de Auden de revisar “Nosotros debemos amarnos unos a otros o morir” en “Setiembre 1, 1939”, a “Nosotros debemos amarnos unos a otros y morir”. ¿Debe un poeta en su vejez dejar de tocar su obra más temprana? ¿Qué se hace con las diferentes versiones de un poema? ¿Es acaso posible la perfección? “Canto de mí mismo” provoca tales preguntas una y otra vez. Whitman efectuó un cambio en esta sección novena, dividiendo la estrofa de ocho versos en dos cuartetos con pausa, que en la frase de Kinnell “parece como una poesía del pasado”. Pero allí está precisamente el asunto: el poeta invoca un momento de su infancia rural en una variación no rimada en forma de balada. La tradición folklórica vive renovada en el espacio blanco entre las estrofas, una escena estática que revivirá en la declaración del hablante de que él está allí “tumbado encima de la carga”. Ahora él relata su viaje hacia el pasado, “los traqueteos” de la memoria y brinca al heno y recoge su cosecha dorada –la música del trébol, de un cuerpo en movimiento, del cabello enmarañado.
—CM (Traducción L. A. Ambroggio)
Question
¿Cuál es el efecto de dedicar toda una sección del poema a esta simple experiencia singular de montar una carreta de heno y brincar hacia el trébol y el heno? ¿Por qué piensas que Whitman no nos da un catálogo con los diferentes aspectos de la vida rural como lo hizo con su catálogo anterior de la vida urbana?