Prefacio

Whitman photographed by Matthew Brady in 1866.
Whitman photographed by Matthew Brady in 1866.

Sección 9

En ésta, una de las secciones más cortas del “Canto de mí mismo” (sólo otras dos secciones constan de ocho versos, como ésta, y sólo una sección tiene incluso menos versos), Whitman pasa de la ciudad al país, de lo urbano a lo rural, como si acaso retomara a sus propios recuerdos iniciales de su infancia en el campo de su familia en Long Island (su familia se mudó del campo a Brooklyn justo cuatro días antes de que Whitman cumpliese los cuatro años) y sus visitas posteriores al campo cercano de sus abuelos. En su autobiografía, Specimen Days, Whitman recuerda cómo siendo niño estaba “frecuentemente en las afueras de estas planicies (de Long Island) hasta el atardecer y puede aún recordar imaginativamente las procesiones de las vacas, y escuchar la música de las campanas de metal o bronce sonando lejos o cerca, y respirar la frescura del aire dulce y levemente aromático del atardecer, y notar la caída del sol”. En esta sección del “Canto de mí mismo”, Whitman ofrece un poema visual observando de cerca, una especie de momento pre-imaginista intensamente concentrado, al imaginarse o recordar el montar en una carreta con heno yendo hacia las puertas abiertas del granero, sintiendo la sacudida de la carreta y luego brincando hacia abajo “recojo el trébol” (la hierba con brotes florecidos cultivados para heno) sumergiéndose en la hierba del otoño, sintiéndose enmarañado con ella. Whitman capta aquí no sólo un aspecto diferente de la vida en América sino también un ritmo diferente en las áreas rurales del país, más placenteras y pacíficas que el estuco ruidoso del catálogo urbano que lo precedió. 

—EF (Traducción L. A. Ambroggio)

Las grandes puertas del granero esperan abiertas,
La seca hierba de la cosecha llena a los carros perezosos,
La clara luz juega sobre los colores intercalados, grismoreno y verde,
Las brazadas apilan a los pajares hasta que se hunden.

Yo estoy allí, yo ayudo, yazgo tumbado encima de la carga,
Con las piernas cruzadas voy sintiendo el traqueteo de las ruedas,
Doy un brinco, recojo el trébol,
Me hecho en una pelota y ruedo con el cabello enmarañado de briznas.

Afterword

Las revisiones que Whitman hizo al “Canto de mí mismo” entre la primera edición de 1855 y la edición en el lecho de la muerte de 1892, continúan alterando a algunos lectores. Por ejemplo, Galway Kinnell sostiene que las facultades creativas y críticas del poeta se debilitaron a medida que envejecía y que “cuanto más buscaba la perfección, más se le alejaba”. Pero ¿quién puede culpar a Whitman por tal búsqueda?  Como un científico que logra un descubrimiento, que cambia nuestro entendimiento del universo, y luego se pasa  el resto de su vida tratando de refinar las implicaciones de su descubrimiento, el poeta jugaba con su obra.”Yo vengo una y otra vez”, el final original de la sección 8, así se transformó en “vengo, y luego me voy”, y los lectores se quedan con la duda sobre la sabiduría de tal cambio, que nos recuerda la decisión controversial de Auden de revisar “Nosotros debemos amarnos unos a otros o morir” en “Setiembre 1, 1939”, a “Nosotros debemos amarnos unos a otros y morir”. ¿Debe un poeta en su vejez dejar de tocar su obra más temprana? ¿Qué se hace con las diferentes versiones de un poema? ¿Es acaso posible la perfección?  “Canto de mí mismo” provoca tales preguntas una y otra vez. Whitman efectuó un cambio en esta sección novena, dividiendo la estrofa de ocho versos en dos cuartetos con pausa, que en la frase de Kinnell “parece como una poesía del pasado”. Pero allí está precisamente el asunto: el poeta invoca un momento de su infancia rural en una variación no rimada en forma de balada. La tradición folklórica vive renovada en el espacio blanco entre las estrofas, una escena estática que revivirá en la declaración del hablante de que él está allí “tumbado encima de la carga”. Ahora él relata su viaje hacia el pasado, “los traqueteos” de la memoria y brinca al heno y recoge su cosecha dorada –la música del trébol, de un cuerpo en movimiento, del cabello enmarañado. 

—CM (Traducción L. A. Ambroggio)

Question

¿Cuál es el efecto de dedicar toda una sección del poema a esta simple experiencia singular de montar una carreta de heno y brincar hacia el trébol y el heno? ¿Por qué piensas que Whitman no nos da un catálogo con los diferentes aspectos de la vida rural como lo hizo con su catálogo anterior de la vida urbana?